miércoles, 19 de noviembre de 2014

Fellatus

Dos besos más, al sur de tus caderas.
La numismática hecha piel
y el delicado sonido de las llamas.

Un placer incompleto arde en sal,
en palabras obscenas.


De frente,
tu sexo.
Horizonte sediento.
Costal de soles.
Aullido vital.

Mio.
En un instante
hecho pedazos
por todas las leyes del
Universo.

Mio

lunes, 17 de noviembre de 2014

Fútbol allá al fondo


Volvía del colegio cuando lo escuche a Pablo murmurar:
 “...por eso ya no juega mas a la pelota”.

Yo sabía que hablaba de mí.
Y también porqué lo hacía.
Todos estos años fui su compañera en el Sportivo. Eramos los campeones del barrio. Teniamos una manera de jugar juntos donde no necesitabamos ni mirarnos. Un solo pensamiento con la balón en los pies. Y si nos mirabamos era para saber lo que el otro pensaba, donde iba ese pase corto, donde estaba descubierto el arquero.

Pero es cierto, ya no juego mas a la pelota.
La final con el Defensores de Loma fue un horror. Dos minutos antes de empezar el partido empecé a tener unos dolores raros en la panza. Le dije al director técnico que iba al baño y lo inevitable estaba en la bombacha.
Era la primera vez que me indisponía pero iba a ser la última que me iba a pasar en una cancha. Ni Pablo ni nadie podía entender todo lo que me pasaba en aquel momento. La vergüenza de ver mi cuerpo y mi ropa manchada. Salir corriendo sin poder dar explicaciones. Correr sucia y dolorida y lejos de los amigos y todo fue una mierda.

Asi que me fui del club.
Nunca mas los salude. Hasta cambie la parada del colectivo para ni verlo.
Pero la suerte tampoco tiene que ser muy grande para cruzarse, tarde o temprano, a alguien del barrio. Pablito hablaba con otro pibe y aunque me hiciera la boluda sabia que me estaban mirando cruzar la calle y que no me quedaba otra que pasarles por al lado.

“..por eso ya no juega mas a la pelota”

Clarito se lo escuché. Lo miré y lo encaré sin tantas vueltas.

- Vamos a la canchita

Eso se dice solo para cagarse a trompadas. Cagarse a trompadas en serio. Sin testigos ni amigos ni madres que te salven.
Se rió y el amigo también. Me quede seria para demostrarle que no le tenía miedo y se dió cuenta.
Se levantó de la vereda y me pareció mas alto que la última vez. Sonreía con maldad. Le golpeó el hombro al amigo como despidiendose y empezó a caminar para la canchita.
Lo seguí detrás. La espalda se le veía mas ancha. Caminaba tan seguro y divertido de este momento de venganza que yo le regalaba. La traidora del Sportivo. La conchuda que se fue por semejante pelotudez dos partidos antes de terminar el campeonato. La estúpida que caminaba despacio hasta que llegamos a la canchita y me di cuenta que estaba abrazando la carpeta y un libro como aferrada a ellos.

- No se te van a escapar. Dejalos en el arbol

Apoye las cosas y le di la espalda.
Sentí su mano en la nuca y quise girar, pero apoyó la fuerza de su cuerpo contra el mio. Casi sin aire, comenzó a atarme las manos con algun pedazo de tela.
Entonces, gemí.

Tomó un centímetro de distancia para rozar mis pequeños pechos. Sus manos me rozaban, de pronto nada era presión salvo las muñecas. Quise gritar, pero me lo impidió susurrando en mi oido. 
Jugando con los dedos, se detuvo en mi ombligo. Una mano desabrochaba suavemente la pollera, la otra buscaba ya el horizonte del elástico.
Estaba mareada, se que me hizo girar porque en algún momento lo vi de frente. Casi adorandome, apenas apoyando los labios, besó todo mi vientre. Era otoño. El aire de la tarde era fresco. Un poco de viento le levantaba el pelo ahí arrodillado, acariciando mis muslos, observando la bombacha como se observan las piedras preciosas, casi reflexivo.

Me abriste las piernas. Un perro cerca, nos miraba curioso.
Y vos con un dedo... con un solo dedo jugabas a dibujar el contorno de mi sexo por arriba de la ropa.
Me sentí desesperada. Mi cuerpo estallaba y no sabía lo que quería o si sabía lo que quería.
Todo.
Adentro mio.
Como fuera.
Sacudí la cabeza y tu amigo estaba detrás del árbol. Grité asustada y me bajaste rápido la bombacha. Te reías tan fuerte. Quise zafarme las manos, quería irme.

- No seas tonta, Paulita. Dale, dejanos saber que gusto tiene

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Matemática allá al fondo

Dos de la mañana. Toda la noche mete y saca los discos. Qué le vas a hacer si no hay laburo. La primera vez la pasé mal, che. Un cagazo padre a que aparezca la cana. Pero, ¿cómo? ¿dónde? El Guty juraba que todo arreglado pero viste como son. Una noche aburrida cualquier rati dice vamos a darle al boludo que piratea discos y chau. Y el boludo soy yo, porque el Guty debe sacar sus buenos mangos. Catorce grabadoras de cidis para abastecer dos ferias. Toda la música, todas las películas estrenos subtituladas calidad cine del conurbano pasan por mi mano alguna noche. Que tarea ingrata la mia. Quién carajo sabe que por veinte mangos yo me la paso mete y saca, mete y saca discos. Acá, este no grabó. El otro se trabó. Aquel disco esta sucio y a mi que carajo me importa. El vino esta caliente. Dos y media, madre mía, esto no se pasa más y si sacan otro estreno agarrate porque capaz que el Guty no te deja ni dormir y te llama temprano porque hay que sacar milquinientas copias. Asi lo dice. "Milquinientas copias" urgentes para la feria y yo que soy un pelotudo me agrando y le grito a la vieja "¡Vieja! ¡Me voy que estoy tapado de laburo!" y ella contenta apura el mate y me alcanza las zapatillas limpias como si la buena presencia le importara un corno a alguien en esta cucha donde el Guty me acomoda para que mete y saca, mete y saca, mete y saca discos hasta las ocho de la matina. Eso si, antes de irse me larga veinte mangos como si fueran algo, como si valieran algo. Solo entonces se sube al auto y se vuelve a su casa donde la jermu lo debe esperar con la comida calentita como su beso que tocará ese cuerpito de mierda. Ese cuerpito que si habré cagado a palos en la canchita y ahora porque se hizo amigo del Roque y abrió la feria entonces trajeron las computadoras y en la cuadra creímos que el Guty se había afanado la casa de electrodomésticos, la del Pancho que nos fía a todos. La Ramona corrió llorando a pedirle que no lo afane al Pancho porque le faltaban dos cuotas para terminar la heladera y el Julio le había jurado anoche que después le iba a sacar el lavarropas. Justo anoche que no estaba en pedo. ¡Lloraba la Ramona! Imaginate, lavando a mano la ropa de siete pibes. Agarrada a las computadoras como a los calzones del Julio esa vez que era navidad o año nuevo cuando bailamos en la calle. Pero el Guty hacía fuerza para sacarla de encima con poca paciencia hasta que gritó "¡Salga de acá, vieja de mierda!" y la Ramona se asustó. Porque el único que la puteaba era el marido. El pibe aprovechó el susto y le contó lo del Roque y la feria entonces la Ramona se calmó y le juró que si sabía de alguien sin laburo le iba a avisar, tanto fue así que cuando se cruzó con la vieja en el almacén me dejaron sin escapatoria. La cosa que el Guty me vino a ver con veinte mangos y yo que lo había cagado a palos miles de veces en la canchita, le agarré los veinte mangos y cerré el culo.
Las tres y media. El pelotudo debe haberse hechado un polvo con la rubia. Qué hijo de puta. Y yo mete y saca, mete y saca, mete y saca discos. Podrido de la música y estas películas de mierda donde todo el mundo tiene la cabeza cortada y se ve al de la fila de adelante pasar para el baño. Veinte mangos todas las noches por estas copias. Qué hijo de puta. Pero el Guty era bueno, decí que el vino esta caliente sino estaría rico. Dos puchos me quedan en este embole. Podría dejar grabando discos que si se graban bien o mal me chuparía un huevo y salir hasta el kiosco de la ruta que no cierra. Pero el Guty me mata. Porque él se manda la parte que controla todas las copias él mismo y el Roque lo abraza, le da un fangote de guita y el Guty se va con el auto, con la guita y con la rubia no sin antes largarme los veinte mangos como si cada billete fuera la trompada que quería devolverme en la canchita, a mí, que lo cagaba a palos siempre. Hace frío. Que se vayan a cagar el Guty, el Roque, la rubia y todos los discos. Si me banco la noche, necesito puchos. Hace frío y el Guty debe estar enroscadito con la rubia y su auto. Yo tengo esta bici con el asiento que parece una poronga, pero no voy a ir caminando hasta la ruta. Me pasa algo y la vieja se muere. No son muchas cuadras. El kiosco esta vacío y la mina me larga los tres mangos del vuelto sin mirarme la cara. Es linda. Tiene tetas grandes. Puedo quedarme mirandola porque no le importa. Seguro que si me hubiera visto bajar del auto del Guty me miraba. Las minas solo te miran si sos digno. Ahí te das cuenta. Los ojos de ellas nos dignifican, nos levantan despacito los pies del piso. Despacito hasta quedar en el aire que es el todo de esa sonrisa en unos ojos que no son para mí. Para mí, que meto y saco discos. Que me prendo un pucho apretando con furia esos tres pesos mugrientos que no valen ni una mirada de vuelto. Otra vez el frío. La calle esta sola, pero no tanto. En la esquina, apoyada contra el semáforo, la Flora espera. Siempre espera. Su trabajo es casi ese. La puta y la espera. Ese tiempo entre pija y pija, esa patria de caramelo de menta y petaca. Todo aquello que calme el asco es bienvenido. La veo acomodarse la bombacha. Incómoda. Porque la Flora también es macho. Y ese día en la cancha cuando todavía era el cuatro mezquino del Defensores de Loma, cuando me miró a los ojos y gritó "Soy puto" justo antes que una lluvia de patadas le barriera las costillas y toda la esperanza de aceptación. Igual, todo le importó poco y en unos meses y unas cuantas cagadas más, la Flora era Flora y nos fuimos acostumbrando. Después, pobrecita, la rajaron de la sodería y ahí la tenés, yirando a la Flora. Si dónde carajo le van a dar laburo, ¿en el Maipo? Entre Flora, la calle y yo nacía un perfume a sal inevitable. Flora y yo eramos lo mismo. Su espera o los discos que se meten y se sacan. Su olor a esperma o mis veinte mangos.
Echos de la misma mierda. Mierda entre la mierda. Un poco de pan que desprecia hasta el muerto de hambre. Es esta noche, este dolor que corría solo y que ahora me hermana con vos, Florita. Yo soy el gil de los veinte mangos que las kiosqueras ignoran, vení Florita. Escuchá, escuchá. ¿Sabés que estaba pensando? Que vos y yo somos iguales. No, no soy puto, no te rías. Vos y yo somos como hermanos. No, no estoy en pedo. Bah, un poco porque el vino estaba caliente y me escapé del laburo. Lloro porque vos tenés que entender que somos iguales, Florita. Que soy el puto de uno que duerme con una rubia que huele a florcitas. No, pará, escuchá, porque esa rubia no importa, entendés. Va a salir corriendo cuando al Guty le caiga la cana en un rato nomás. Pero vos no, Flora. Vos siempre vas a levantar la cabeza en la cancha para buscarme y hacer el pase, querida Flora. Vení. Chupala un poco. Me quedan tres mangos nomás, pero te los dejo. Vos y yo sabemos que esta noche todo suma, preciosa. Acá en el barro, todo suma con tal de valer un poco la pena.

martes, 16 de septiembre de 2014

Siesta

Melancolía de vos.
De tu palabra.
Ausencia absurda,
persistente.
Los días plenos de tu ausencia.
Los jazmines
de invierno
que te esperan.
Este calor inútil
que te reclama.
Un momento vacío
donde estaba tu abrazo.
El beso
que no se construirá en tu boca.
Esta patria triste
que me rodea.
Un aire incapaz
al que llamamos vida.

El presagio

Cuando la magia deslumbra halcones
no avanza despacio.
Defiende su escencia y ellos
furibundos, maravillados,
violentos
pero absortos.
Hechizados
por la danza y el fuego.
El juego.
El juego fuego.

No van a volver.
No van a avanzar.
Renacerán entregados
como mariposas.
Con los ojos llenos de niños.
Con las garras llenas de globos.

Pobrecitos.

La manzana en el gusano

"pero la libertad, esa palabra"
Julio Cortázar

Si decido quedarme.
Si me muero.
Si prendo fuego
el camino y el puente.

Si decido quedarme
o relamer tu beso.
Tu boca sucia.
Tu boca que siempre
será mentira.
Que no conoce la verdad.
Que no le importa.

Si decido quedarme.
Si elijo este dolor.
Esta calle.
Este vómito confeso.

viernes, 15 de agosto de 2014

Renacentismo

Lo triste es no hacer pie.
Es adorar
               la incertidumbre
         hasta el dolor.
Ver como se corre
el horizonte.
     Como enloquece
                la perspectiva
Lo
    increíble
está ahí.

Ahí.

Y uno que no puede hacer pie, c
                                                a
                                                   r
                                                    a
                                                      j
                                                       o

Tus cositas

Tu pie tropieza y
tu vidita,
tus sueñitos,
tu sexito,
tu cuerpito,
tu calorcito,
tu comidita,
tu tiempito,
tu jueguito,
tu espejito,
todo roto

Callada

Debería, al igual que el sol,
amanecer como si nada,
nada hubiera pasado.

Hoy, ayer.
Mañana hará lo mismo.
Y vos no estas.
Y no le importa.

Debería llorar
si mereciese el afecto
de las lágrimas.

Pero no.
No soy digna de la magia.

Las plazas no me hacen cosquillas.
Las estrellas son solo cuerpos celestes.
La poesía se ha quedado callada

martes, 12 de agosto de 2014

La zamba en el sur

¡Como le gustaba a la abuela cantar zamba! Después del segundo vasito de vino. Tinto, blanco o rosado. "No es para pintar", decía y nos reíamos todos. Entonces la abuela arrancaba bajito con Perfume de carnaval y el tío Cacho salía corriendo a buscarle la guitarra a Dany y el bombo para él. Pero a la abuela no parecía importarle el movimiento familiar que generaba su voz pequeña. Seguía cantando bajito, como rezando. Y nosotros bobos, la escuchábamos sentados y tranquilos como en el sueño de toda madre.
Hasta que casi siempre el tío Arturo o mi papá arrancaban la zamba a voz en cuello de tinto y ya no daban ganas de quedarse a oir ese concierto paradojal donde la damajuana se vaciaba a medida que la tarde se llenaba de música y guitarra.
Ezequiel fue el primero en levantarse y salir al patio a patear la pelota. Los demás lo seguimos de aburridos y aprovechando para escapar de la mirada adulta un rato largo. Nos veíamos muy poco. En esa época, como en esta y tal vez en todas, viajar de norte a sur era caro para toda una familia. Tres colectivos y un tren, horas de transporte público con sus respectivas esperas no demoraban mucho en sacar de las casillas a dos chicos que ya tenían sed, hambre y ganas de hacer caca desde que bajaron del Roca. Por eso las tardes de zamba se exprimían hasta la noche. Así era el reencuentro y el vino. Las ganas de no soltarse.

Ezequiel jugaba a la pelota en el patio. Todos los varones se le fueron al humo.
Las nenas nos sentamos en la hamaca, Naty me miró con desprecio y se acomodó cerca de mi oido
- ¿Vos sabés que es un terrorista?
Sospecho que mi cara de idiota fue toda una respuesta.
- Son asesinos de nenas como vos
- ¿Y porqué me van a matar?
- Porque tu papá es militar y defiende la patria
- El tuyo también
- Si, pero mi papá sabe que se hace con los terroristas
- ¿Y qué se hace con los terroristas?
- ¡Se los llevan! ¿Para qué los queremos? Se los llevan a lugares secretos porque si vienen los amigos ponen una bomba y nos matan a todos
- ¿Y porqué nos van a matar a todos?
- Sos una estúpida

La tía Lily salió a sacudir el mantel y me vió llorando contra el árbol. Naty me había aturdido con un sopapo para premiar mi estupidez. ¿Porqué alguien querría matarme? Le conté todo a la tía. De los terroristas, de los asesinos, de los lugares secretos. La zamba se oía lejana y desafinada. La abuela dormía la siesta y mamá lavaba los platos.
La tía se acercó a mi cara y me secó las lágrimas con un repasador. Sonriéndome sin pestañear me pidió aquello que oiría por primera vez después de la palabra terrorista.
- Si, mi amor. Van a matarnos porque no quieren a la patria. Se disfrazan de cualquier cosa para perseguirnos. Por ejemplo, tu amiga del cole, esa que escribe cosas raras en el cuaderno, seguro se las dice el padre, no? Pero vos que sos una nena buena, contale a la tía de que trabaja el papá de tu amiguita. Dale, contale a la tía

El conjuro de los niños

El crepúsculo primero del tiempo
esta en tu mano.
Mi cuerpo puede sentirlo.

Tu mano, cuenco donde
duermen las estrellas
y la noche toda
se eleva solo para construir
una ternura eléctrica,
apasionada
que arrastre los días y las horas
como un juego de niños.

Como un juego de niños.
Nada menos...

La ceguera

"No estas ciego
si no ves donde no hay"
Serú Girán - Noche de perros

En la nada, te busco.
Qué tristeza danzará
esta noche.
Dónde dormirán
los pájaros helados, 
las madres sin pan, sin raíces.
Sin árboles.

Cómo se verán
mis ojos cuando
te nombren
y el recuerdo
me delate
y el llanto quiera
su nido niño
en mi garganta
y todo sea confuso.

Qué palábras dirá
tu boca que no me nombra
que no me besa
que no lo hará jamás.

domingo, 10 de agosto de 2014

Principio de incertidumbre

"Si buscas resultados distintos,
no hagas siempre lo mismo"
Albert Einstein

Los soles y los duendes

Los espejos

Los laberintos y las nubes

Los misterios

Los dibujos y los gorriones

La lengua

El fuego y la lluvia

La distancia

El espacio y el tiempo

Todas las palabras no te nombran

No sabrían como hacerlo

viernes, 1 de agosto de 2014

La víspera y el deseo

Cierta impresión total
sobre tu boca.
Un paisaje dibujado
en la ventana.
Te nombra un
espacio inevitable.
Mis manos te extrañan,
cautivas de un deseo
vuelto ternura.
Si mañana lograse
amanecer arcilla o barro,
¿pez?
No
Pájaro
Si mañana lograse
amanecer pájaro y salir
a cantarte un cielo entero,
un mundo pequeñito,
una boba certidumbre mística

martes, 29 de julio de 2014

Gaza

Ojitos negros.
Pancito de azúcar.
Pequeño gigante,
trinchera del futuro.
Hay esperanza humana
mientras resista Palestina.
Tanto ruido
a derrumbe.
Tanto olor
nauseabundo en tus calles.
Ojitos negros.
Pancito de azúcar.
¿Qué color ven
los niños palestinos?
¿Qué palabra
los salvará este día?
Qué adjetivo
podrá alzarse
contra los bombardeos
para gritar
Asesinos
Cobardes
Genocidas
Hijos de puta.
Si esos ojitos negros
Si ese pancito de azúcar que es tu cuerpo.
Qué palabra
construirá la intifada
que defienda la vida
de los poquitos
niños palestinos
que nos quedan.
A nosotros
A los humanos
Los hijos de la sangre
que miramos los ojos de tu dios
solo para saber
donde mejor
le revoleamos la piedra

Segundo round con tiempo y cigarrillo

Tu sonrisa
Tu tempestad
El dedo chiquito de tu pie
Tu luz
Tu muslo
Tu carcajada
Tu silencio
Tu piso y tu remera
Tu pecho y el latido
Tu sexo
Tu mano húmeda
Tu espalda
Tu luna
Tu boca
Todas las flores que quiero
Tus noches de invierno
Tu sombra
pegada acá.
Justo,
pegada acá

viernes, 18 de julio de 2014

Salgamos de putas

Cuando tenemos sexo cientos de funciones se alteran. El hipotálamo es una fiesta de dopamina, madre del deseo, ese calor particular que eleva la temperatura de la piel más de un grado. Trillones de neuronas se ven activadas por la intensa información de todas nuestras funciones organolépticas. Los sentidos se desbocan. El tacto busca hacer de la humedad su terreno, ese que en cualquier otro momento le incomodaría. Pero todo esta revuelto. O vuelto. Vuelto de este lado del tiempo, un  tiempo que no puede medirse en términos formales. Debe comprenderse desde la relatividad de Einstein, donde la dilatación primera es la del tiempo. El tiempo, que no es más que una variable matemática, al fín logra lo que todo humano desea, dilatarse. Volverlo un poco más lento. El placer que nos da ese eclipse de tiempo, también, aunque no sea conciente, forma parte del placer como un todo. Somos eternos.
Es esa impresión de eternidad la que se estrella con el orgasmo. Explota. Se permite la muerte. El temor más primitivo esta vencido un instante. Que instante...
Y todo esto ocurre, casi siempre. Porque alguna otra vez uno encima esta enamorado.
La magia del amor consiste en impedir cualquier explicación con ella. Ocurre y cuando sucede todo lo descripto es solo la entrada del laberinto. La belleza del juego, irresistible para cualquiera con dos dedos de frente.
En ese tiempo, en ese momento dilatado de la vida, en esa posibilidad de unión tal que hasta los sexos se desesperan por encajar de todas las formas posibles, en esos besos; en los besos como puentes de esas otras impresiones que se llevan puesta a la física, a la matemática, a la realidad.
La poesía se rinde a los pies del sexo. El arte se rinde ante la belleza del sexo. Nosotros, piadosos benefactores de nuestras neuronas, nos rendimos ante la inmensidad del sexo.
Solo un régimen podrido, muerto de cualquier rasgo humano puede ponerle precio.
Solo un estado proxeneta puede amparar a esos seres inadjetivables que secuestran mujeres para comerciarlas sexualmente.
Para lucrar con lo que debería ser la belleza en saliva.
Como un cuento de horror, el ser humano como tal canibaliza su especie.
Aniquila la vida de aquella que no puede leer esto que escribo, ni niguna otra cosa.
Con el único propósito de ganar dinero.
Dinero.
Necesitamos defender nuestros cuerpos de estas lacras. Hasta el día, no muy lejano, donde les hagamos saber que cada una es todo lo puta que quiere, con quien quiere y cuando quiere.
Aca no hay nada a la venta, papi

viernes, 11 de julio de 2014

Donde andaras

"Hoy viene a ser
como la cuarta vez que espero.
Desde que sé
que no vendrás más nunca"
(Silvio Rodriguez - Mariposas)

Porque es de tarde y hace frío.
Porque te extraño.
Obtusamente.
Empecinada.
Tu boca fantasmal
llevándose todo el día
y su miseria.
Su pobre sol
dónde no estabas.

Porque es otoño y llueve a veces.
Porque te extraño.
Absurdamente.
Con la certeza de tu ausencia,
batalla tonta contra el silencio.
La palabra interrumpida
y el camino de montaña.
Todo es la noche 
que se burla.
Todos los juegos.
Todos los tiempos.

Porque no hay duendes ni jazmines.
Porque te extraño.
Violentamente.
Como quién 
corre tras la magia
Sin luz, sin la luz absoluta
de tus ojos.
De tu lengua.
Dónde andaras
tan ciego vos
tan sordo vos
Entre niebla y lloviznas.
Sin estas manos
pesadas de tus besos.
Sin mi risa.
Sin todo esto
que lleva tu nombre,
que contiene tu forma.

jueves, 26 de junio de 2014

Vieja querida

Ponele que no estas,
que todo es cierto.
Ponele que en serio
nunca vino la ambulancia.
Ponele que no te reís,
que no me miras miope
ni te vestis de rosa furioso.
Ponele que tu abrazo
se haya partido
y tu voz casi agotadora
no repite mi nombre.
Ponele que de verdad
no vas a llamar nunca,
que realmente no importa
cuánto perfume a canelones
haya en la casa.
Esta casa.
La que no conociste.
La que no existe
ahora mismo
solo porque jamás
te contuvo.
Ponele que lo vivido
quede siempre
con sabor a poco,
a que había ganas de más.
Y había tiempo.
Y una ambulancia infame
que no llegará nunca.
Y un silencio derrotado.
Y el fastidio
de tu ausencia.

Al fabricante de imposturas

"Este disperso amor es nuestro desanimado secreto.
Una cosa invisible esta pereciendo del mundo,
un amor no mas ancho que la música"

Jorge Luis Borges

Abriguese.
hace tanto frío 
dentro suyo.
Mire hacia atrás,
reconozca en la polvareda
su rastro.
Sí,
allá donde el mar y el río,
¿recuerda?
ella aún no despierta.
Usted sabe bien 
a quien no nombro.
La muchacha de 
sueños grandes,
con la médula en los ojos.
La siniestra con berretines
de credulidad.
La misma.
La idiota.
Aquella que usted besó
de adentro hacia afuera.
Que colmó su abismo
de palabras dulces.
Que le arrancó la fé,
implacablemente.
Usted,
que como un criminal
sopesó la fiebre.
Midió la pasión
con la crueldad de un dios,
de una manera infame.
Usted,
que a cuenta gotas
le entregó unos pocos
paisajes viejos,
una afrenta,
un aquelarre.
Si no hay mayor impostura
que la suya.
Pedir el alma a cambio
sin entregar el sol,
un puñadito de flores,
siquiera ahora mismo
un poco de llanto
más o menos sincero.

martes, 10 de junio de 2014

Estelita

Pasame la frazada/¿La gris?/ Si, la más liviana/ Tomá, ponele algo en la punta/ Es que se van a caer los palos/ Si, tenemos que atarlos con algo... dame tus cordones/ No porque me los ensucias y mamá se enoja/ Entonces no podemos jugar a nada, estúpida/ Bueno... no, te doy el cinto que es viejito/ Se te va a caer la pollera, tarada/ Hace calor. A parte mamá me deja andar en bombacha si no salgo de mi casa/ Como quieras, dame algo/ Tomá/ Teneme las ramas/ Esperá que acomode la pollera donde no se ensucie/ ¿Tu mamá te regala bombachas de vieja?/ ¿Qué tiene?/ Es enorme. Teneme las ramas. Dale. Quietas. Listo. Soltá/ Ahora falta del otro lado/ Bueno, pongo mi shorcito/ Es demasiado chico, no vas a poder atar/ Capaz que se estira un poco. A ver...teneme las ramas. Así. Eso. Dejá la mano quieta, tarada, que no puedo atar/ Bueno, pero me canso/ Listo. Ya está. Ahora si pasame la frazada/ Pero se va a caer la del costado. Fijate/ Si, hay que atarla.../ Tomá la remera/ Nena!...no usas corpiño?/ No, no me gusta. La hebilla me pica en la espalda. A parte mamá dice que todavía no me hace falta/ Mentira, se te van a caer por el piso/ ¿Qué cosa?/ Las tetas. Teneme acá. Bien./ Mentira. A penas están creciendo y el corpiño no me gusta porque me pica la espalda/ Ya está. Ahora, del otro lado... qué le ponemos?/ ¿Una piedra?/ No, tenemos que atar...Bue...Pongo mi remera... Total/ ...Vos...si usas corpiño.../ Si, mirá, están re grandes. Tocá/ No quiero/ Dale, estúpida/ Pero si viene mi mamá?/ Si, dame la frazada. Listo. Ahí tenés tu casita de ramas. Metete/ ¿Me siento aca atrás?/ No, tené cuidado de no apoyarte en una rama que se va a la mierda todo/ Si, me siento con cuidado/ Bueno... ahora si... mirá, mirá que grandes están.../ ....Estelita, me da cosa mirarte.../ Dale, tarada. Mirá que duras se ponen! No se porqué.../ ...Si, están duras.../ ...Si moves la mano así... así siento que se ponen más duras. Me duele un poco...no, no, no saques la mano... me duele un poquito pero me gusta mucho.../ ...Estelita... qué te pasa?... no... dame la mano... dejame la bombacha!... si viene mi mamá.... / .....shhhhhh...../ .... Bueno.....Pero..../ .....Shhhhhh...../ .....shhhhhh.....

sábado, 31 de mayo de 2014

Bienaventurados los que han vivido su tango porque de ellos sera el reino del barro que se subleva

"Yo me emborracho por ella.
Y ella quien sabe que hará"
La última copa - Caruso/Canaro

Seres sin fuerza
tropezaron débiles
sobre los desencuentros
arrastrando palabras,
manos, sinfonías ebrias.
Nostalgias ladinas,
escondidas en el tango.
Perras.
Traen a la rastra perfumes intáctos,
siniestros.
Bellos.
Sin más pretérito
que una vulgar borrachera.
¿Qué otoño esta noche
resbalará en tu espalda
hasta lograr el sueño?
¿Qué color tendrá tu voz
ahora que no me nombra?
Y tu risa,
tus caderas,
tus piernas infinitas,
tus ojos.
Nada existe.
Todo vos sos la sombra
de la sombra
del recuerdo que construyo.
De la música que ya no es
y nunca más es la única certeza.
Nunca.
Jamás

No me gusta que te calles

Me gusta cuando gritas
porque estas como vivo
y tu voz me penetra
y tu grito es historia.

Me gusta cuando gimes
y te haces presente
de todas las maneras,
las posibles y no,
en este Universo
que se rinde
ante tus manos.
Ante todo tu grito
que es sol
y es pájaro.
Aquel que nunca calla
Acuerdo pagano entre tu voz
y la belleza de tu boca.

No te calles
porque estas como vivo
y tu voz me penetra.
No te calles

No me perdones nada

No vine a pedirte perdón.
Acá el bondi es descarnado
y ejerce su derecho de ser
fuerza, puente o ventana.
O grito.
Pero nunca perdón,
que es el borde del olvido.

No te debo nada.
Te dejé las manos de tierra,
las de pasto,
las de piedras y carcajadas.
De música.
Un arcón de cosas
tontas y chiquitas.
Universales.
Ternura con vista
al Riachuelo,
dos ambientes sin expensas
y una guitarra.
Tres o cuatro tangos desafinados.
Una zamba.
Las comidas mas ricas
del mundo.
Tu cuerpo
adentro mio
con olor a luna.
Con sabor a magma.

No te debo nada.
Ni disculpas.
Ni la entrega.
Ni el deseo profundo de volverte niebla.
A vos, madrugada del tiempo
de los tiempos,
batiscafo de mis fantasías.
Si todo fue como un árbol.
Si, como un árbol

Querer o no en tiempos de esperanza

"La quiso con el triste amor que 
nos inspiran las personas que no nos quieren"
Borges
Le corrió el pelo.
Le besó la frente.
La abrazó fuerte,
desarmandose.
Abrió la puerta
sosteniendo el tiempo,
volviendolo todo espacio
entre el flequillo y su cuerpo.
Quiso alcanzarla,
encontrar la palabra
que la pusiera de espaldas,
que construyera su sexo,
que la llame desde otra altura,
con otros nombres.
Y es solo eso,
los otros nombres
que no llegaran nunca a su boca.
Nunca.
Ni ahora.
Ni mañana.
Ni nadie


jueves, 17 de abril de 2014

No sabría decir

Encontrar la palabra
que vaya recortando
la luna,
el aguacero,
tu casita del árbol,
la música
que es pájaro
en el perfume
de tu risa.

Hacerle saber
a los siniestros
cirujanos del verbo
esa luz que sos vos
si encendes todos tus ojos,
si tu lengua contiene
la vida
de todo un universo.

Hacen falta idiomas nuevos,
atemporales,
para construir
colores con adjetivos
dignos de tu beso.
De tu palabra.

Y solo hablo de tu boca.
Imaginate si tuviera
que contar
lo que hacemos
en la cama.

viernes, 4 de abril de 2014

Llueve y no me beses

No es que sean tus ojos
                Ni tus manos
                    Ni la ferocidad de tu beso
O el perfume que nace de tu piel
                                              Junto a la mia.


                                                                                                       No es la risa.
                                              No es el recuerdo lento y borracho, dibujandote.
                          No es el deseo de abrazarte.
De enredarme en tus kilometros de brazos
                                  O quemarme el vientre
                                              Con tu sexo.


                                        No es la palabra
                                           Ni el gemido

                                          Ni el silencio.

                         Ni ninguna otra cosa que alguna vez.
                                          Alguna vez.

viernes, 21 de marzo de 2014

1989

Ya habían pasado los saqueos. El barrio estaba calmo, pobre y triste mientras llegaba la navidad. Papá estaba desocupado, otra vez y por lo mismo. No importaban las crisis industriales. Su marco laboral estaba dado por el alcohol. Mientras más ganaba, más bebia. Hasta que un día iba borracho a trabajar y entonces de patitas a la calle. Los chicos aprendemos a naturalizar el entorno y realmente yo no comprendía porque lo echaban. ¿Qué podía tener de malo que estuviese un poco borracho? Al fín y al cabo lo peor de esos momentos era el caudal de chistes malisimos que de pronto parecían acudir a su memoria. Un chiste peor que el otro. Eso no podía ser realmente una causa de despido. Lamentable, pero su patrón no pensaba lo mismo que yo. Sobre todo tal vez porque era patrón. O porque mi viejo portaba un arma reglamentaria con varios litros de vino encima.
Lo cierto es que esa navidad no había para pan dulce. Ni para lucecitas de colores en el árbol. Mamá tomaba el mate con el gesto adusto cuando levantó la vista. Lo miró furiosa y empezó un regaño en voz baja pero dura. A lo lejos, entre la música del Pato Carret escuché como un murmullo

- ...los nenes no pueden quedarse sin regalo de navidad...

Luego un hipo. No podía reconocer el sonido del llanto ahogado. Solo tenía ese cuchicheo como idea fija en la cabeza. Porque entonces este año no habría regalos. Y los pobres pàrece que pudieramos soportar todo un año de miserias y carencias excepto por el 24 de diciembre. Algo tiene que haber en la mesa. Algo tiene que haber en el árbol.
Me quedé concentrada en eso cuando mamá me llamó a escondidas desde su habitación. Sacó su maletín que era algo asi como su objeto preciado. El recuerdo de que alguna vez uso o necesito de un maletín. Lo abrió y me dio un billete que estaba escondido entre unos papeles.

- Andate a la tiendita de Marta y comprate un regalo para vos y otro para tu hermano. No le digas nada a tu padre.

Imperativo. Sali contenta de salir, en verdad. Las pequeñas libertades que nos van entregando esas cuadras que se alejan de casa y nos permiten la fantasía de no volver. ¿Y si no vuelvo nunca más? Y si no vuelvo nunca más mi hermano se queda sin regalo. Sin regalo. Aca lo importante, la manera de saberse redimido de la pobreza es el regalo. Hermanarse con las fiestas. Con el color. Con el yinglebells y Papá Noel. Esta noche seremos iguales a todas las personas del mundo porque encontraremos en nuestro árbol un regalo comprado con el único billete que le quedaba a mamá.



Cuando dieron las doce, mi hermano corrió a la puerta. Un mar de fuegos artificiales cruzaba el cielo de punta a punta. Los colores que no tenían nuestras paredes ni nuestras ropas ahora brillaban sobre nosotros. ¡Qué importa que fuera un segundo! Estaban ahí, iluminandonos las caras mucho más que los faroles que colgaban en las esquinas. Los chicos corrían tomando en sus manos puñaditos de tierra de la calle para tirarlos hacia arriba aunque cayeran
en sus cabezas. Papá se asomó a la vereda con el vaso vacío mientras mamá lavaba calladamente una copa.
Me acerqué al ropero y tomé los regalos a escondidas, como mamá me había enseñado. Los acomodé debajo del árbol y corrí con la noticia. Corrí hasta la vereda y después hasta la esquina.

- ¡Vino Papá Noel! ¡A mi casa vino Papá Noel!

Los pibes se me cagaban de la risa. Las mejillas coloradas de correr gritando. La transpiración se secaba con la brisa refrescando la cara. Seguí corriendo entre las burlas anunciando la llegada de Papá Noel mientras mi hermano lloraba de emoción sentado con los pies en la zanja.
La primera en gritar fue mamá. Papá la siguió y entonces mi hermano sacó las patas del agua podrida para ver cual era el escándalo. Los tres sentados debajo del árbol miraban los regalos casi aterrados. Tantos paquetes con los nombres apenas escritos en forma y tamaño.
No se de que se asombraban. Yo salí a decirles de inmediato que Papá Noel, por fin, había llegado

lunes, 17 de marzo de 2014

Ubicuidades

Te contaría una y otra vez
las lucecitas que tenes
ahí, dentro de los ojos,
como jugando a la rayuela,
como el pez que se deja llevar
por tu boca repleta de herejías,
de sueños con selvas y montañas.
Tu boca enorme como un pan
o como una estrella.
Tu boca a dentro de mi boca
y en lo que lleva mi piel
por todo espacio,
por toda fuerza.

Te extraño.
No hay mucho más que eso



sábado, 15 de marzo de 2014

Funciones sobreyectivas

A es a B lo mismo, casi casi que B es a C. Pero C es a B todo, todo lo que A sería si alguién lo dejara. Y cuando C mira a B profundamente y a este le tiemblan las manos, el pecho y el sexo, entonces A cree que la vida es injusta. Que otra vez el caminito del desengaño pero entonces B tal vez se digna en guiñar un ojo hacia A que es bastante zonza y C desaparece de escena. Ocurre entonces la relación vulgar de cine-café-catrera y todo pareciera volver a ser solo A => B cuando suena el teléfono y B corre otra vez. Si, querida. Si, querida. Ya estaba volviendo

viernes, 28 de febrero de 2014

De acá a la China

Para cuando te gane la bronca
ya la tristeza te barrió las muecas
y enjuagó mocos con vasos
y se llenó la boca de puteadas
y los pulmones de mugre
y las almohadas de chinches
y los pies de pulgas
y los ojos de escorpiones
y los cielos de langostas
y los besos de mentiras
y los sexos de bostezos
y la música de Arjona
y los sueños de silencio
y los días de palabras
y así, casi siempre.
Entonces,
para que fruncís el ceño
si la tenés perdida
de acá a la China

A vos que nadie

Si la tormenta no fuera así
Imprevista
A vos, que nadie te llama
Ni te extraña
Ni te vodka de madrugada.
A vos, que nadie
y solo la tormenta.
Lluvia vulgar,
asesina de pájaros.
Gota por gota,
mordete el jacarandá.
Mordete hondo.
Tarde o temprano, escampa
y el barro, se subleva.
Siempre se subleva.
Y ahí, te quiero ver

El ombligo de los limbos

Hermoso
el universo
del ombligo y su
pelusa
el giro de la piel
el pliegue primigenio
cuidado por mamá,
la cinta roja y su moneda.
Una cavidad perfecta
donde fuera mi primer
alimento
mi calor afectivo
elementales leches

Tan hermoso
el universo
del ombligo
y admirarlo así
hasta que el ruido te distraiga
lo vuelva insoportable
Ruido a árboles,
a pibe corriendo en los pasillos.
Ruido a escopetazo,
a bomba,
a derrumbe,
a incendio en La Boca.
Ruido a paritaria,
a piquetes,
a asambleas
y a fogón.
A goma encendida.
Ruido al grito
de Vamos!
y también a debate,
a abrazo partido.
A sirenas putas.
A balazos de goma
y de alquitrán,
de plomo
y de saliva.
A hechizos
del Gauchito.
A miles de seres humanos
con sus ojos,
sus riñones,
sus lunares,
sus voces bien altas
marchando
a Plaza de Mayo.

Como puede uno
mirarse el ombligo
tranquilo, señor,
con tanto ruido
a huelga.
Tanto, tanto ruido a huelga

Solo de absurdo

Mientras el verano se escapa por la persiana,
no sabés que absurdo se ve le té de mariposas
Silencio absurdo
de sabiduría botánica,

los colibríes,
el río de los autos.
Todo sin vos.
Absurdo sin vos

Poema primario






Cuando yo no te bese

nacieron dos jazmines azules

martes, 25 de febrero de 2014

No me digas mas Niña

Aca, te agua clara
Alla, te besa suave

Aca, te plaza y té con leche
Alla, te lluvia, peces y zapallos

Aca, te mieles rancias ya. Y un poco de uva
Alla, te platos fofos con sopa
fofa y fofo sol

Aca, te cielo como la última Kahlo
Alla, te cama tibia.
Ni fria
Ni caliente
Alla, te reposera en las piernas.
Y perro.
Y un montón de mentiras

Miércoles a la mañana Puente Saavedra

Tenes tu
tiempo de correr
De andar saltando
charquitos espejados
donde guiñas un ojo
                             torces la boca
                      agrandas el gesto
               y te reís
para reirte mas fuerte
y que todo sea
besos condenados
palomas chiquitas
puentes impúdicos
un café frio
             (Quién iba a pensar en le café)
una florcita
el libro que no vas a devolver nunca
las huellas de un tigre
el sol tibio y cómplice
las sábanas enredadas
y la risa otra vez.
Siempre tu risa

martes, 18 de febrero de 2014

No tropezaras

Asi como se tropiezan
l
a
s
l
e                         tantos arcoiris
t                        tantos caminos ni
r                      n
a                     i
s                    s
desamparadas

Asi como las paletas brindan por las soledades
e
m
p
u
j
a
n                              rramando tonterias
d                            e                              u
o                          d                                  n
nombres en el alba                                    poquito de miedo por aquí
                                                                                                           u
                                                                                                           n
                                                                                                           c
                                                                                                           a
                                                                                                         p
                                                                                                      r
                                                                                                    i
                                                                                                  c
                                                                                                  h
                                                                                                 i
                                                                                                 t
                                                                                                 o
                                                                                                 por allá.
                                                    Asi voy a abrazarte hasta que las letras
dejen de temblar y se queden quietas
o confiesen que es solo un baile
para  festejar la luz que se escapa por el pincel
la que
         s
          e
           b
            e
             s
              a
             c
           r
         o
       m
     o
   a
c
r
o
m
o

Asi los rios volveran al río escapando de este té con medialunas.
Las fuentes de las plazas se llenaran de azúcar
para delicia de niños, hormigas y gendármes.
La luna volverá solo en las noches
y no en los ojos tristes
que el espejo me devuelve.
Que se los quede él
Q
u
e
s
e
l
o
s
q
u
e
d
e

lunes, 17 de febrero de 2014

Solo de barco

Como vas a subir las escaleras del cielo tan borracha.
Cerveza mexicana
Un sueño pequeño cumplido
Mi cuerpo te cubre
                 La noche y sus herrumbradas estrellitas.
(Quién podrá saber que necesito tanto?)
                 No pense en ningún lugar
El barco fantasma
                Adrenalina con olor a sueños, a esperanzas humedecidas
A quién le importará
que este cuerpo traslúcido
continue su camino ebrio piso tras piso.
                El rio transformando su vientre.
Su vientre que hace temblar de miedo a los cangrejos
               Dónde me dejaron escondido el sueño
La cerveza caliente
La luna enorme
El adios
El dolor chiquito
El pequeño Boggie recién pescado

miércoles, 12 de febrero de 2014

Puedo entender

Puedo entender que escaparas.
Que me vas a acariciar una penumbra de sol
con los primeros truenos.

Yo, se que escaparas.
Que no aceptas las sonrisas
ni las noches sin capitanes ni rios.

Inventaré nuevas formas de olvidar,
de contar plumas de peces chiquitos.
Tan chiquitos...
Las palabras irán tejiendo el cuenco
que contendrán tus ojos.
Los ojos que me vuelven tan bella
y me exponen pretenciosamente.

Tu apuesta histórica.
Tu apuesta perdida.
Tan bello el juego.
Que poco importa