"Este disperso amor es nuestro desanimado secreto.
Una cosa invisible esta pereciendo del mundo,
un amor no mas ancho que la música"
Jorge Luis Borges
Abriguese.
hace tanto frío
dentro suyo.
Mire hacia atrás,
reconozca en la polvareda
su rastro.
Sí,
allá donde el mar y el río,
¿recuerda?
ella aún no despierta.
Usted sabe bien
a quien no nombro.
La muchacha de
sueños grandes,
con la médula en los ojos.
La siniestra con berretines
de credulidad.
La misma.
La idiota.
Aquella que usted besó
de adentro hacia afuera.
Que colmó su abismo
de palabras dulces.
Que le arrancó la fé,
implacablemente.
Usted,
que como un criminal
sopesó la fiebre.
Midió la pasión
con la crueldad de un dios,
de una manera infame.
Usted,
que a cuenta gotas
le entregó unos pocos
paisajes viejos,
una afrenta,
un aquelarre.
Si no hay mayor impostura
que la suya.
Pedir el alma a cambio
sin entregar el sol,
un puñadito de flores,
siquiera ahora mismo
un poco de llanto
más o menos sincero.
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