Puedo entender que escaparas.
Que me vas a acariciar una penumbra de sol
con los primeros truenos.
Yo, se que escaparas.
Que no aceptas las sonrisas
ni las noches sin capitanes ni rios.
Inventaré nuevas formas de olvidar,
de contar plumas de peces chiquitos.
Tan chiquitos...
Las palabras irán tejiendo el cuenco
que contendrán tus ojos.
Los ojos que me vuelven tan bella
y me exponen pretenciosamente.
Tu apuesta histórica.
Tu apuesta perdida.
Tan bello el juego.
Que poco importa
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