El crepúsculo primero del tiempo
esta en tu mano.
Mi cuerpo puede sentirlo.
Tu mano, cuenco donde
duermen las estrellas
y la noche toda
se eleva solo para construir
una ternura eléctrica,
apasionada
que arrastre los días y las horas
como un juego de niños.
Como un juego de niños.
Nada menos...
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