"Solo una pobre canción
da vueltas por mi guitarra"
Después, la historia,
claro. Las esperanzas moribundas. Un tiempo que se caía de espaldas para
partirsela. Y una tristeza creciente e imparable. Calles pequeñas y arboladas
vueltas en bosques oscuros, a merced de las lechuzas, las incertidumbres, el
espanto. Tenía que huir de ahí, y así lo hice. El horror de quien esta perdido.
Buscando ilusiones en la cola de un cometa soltando el hilo al barrilete.
Verlos irse. Tan lejos.
Corrías hasta mi,
selectivo recuerdo donde te pongo despacio, para no romperte. Me escondo tras
un árbol haciéndome la distraída. Y ahí estas, brillante. Eterno. Corres a mi y
a veces estás triste. Me abrazas llorando y me dejas oir ¿Por qué? ¿Por qué? Y
yo cierro los ojos y te abrazo más fuerte y te digo no sé, no sé porque a veces
las cosas simplemente no funcionan. No sé porque las decisiones me salían
equivocadas, si nunca quise lastimarte, si no quería lastimarme. Te vas
despacio, esperando que yo pueda ver bien tu tristeza doblando la esquina, mirándome
con desprecio.
Y otras veces solamente
corres y me besas con la pasión de Hollywood, con el amor en la boca, las pocas
palabras que se escapan son obscenas y preciosas. Nos llevamos de la mano bajo
una primavera que llueve a jacarandá y nos llenamos de helado. Me acaricias la
cara, te gusta hacerlo. Me oís ronronear en sueños, un despertador me llama.
Reflejamente llegan a mi un cepillo de dientes y un espejo donde descubro esa
sensación de no haberte despedido. Está lloviendo y pobre vos sentado en la
heladería hasta que vuelva a soñarte, despierta o dormida. Hasta que vuelva a
invocar tu fantasma a mi lado.
Y seguir sobreviviendo
al camino del desencuentro
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