No entenderías porqué
se me escapan los besos,
las carcajadas.
Sería casi incomprensible
en tu sabia estructura
este hedor de noche,
este calor inmerso en los dedos,
esta lengua ardiente de gritos y gemidos
que refrieguen en las comisuras
de los espasmos vecinales,
ese sacrílego momento de deseo.
Sentirán el deseo.
Absorberán el deseo.
Contemplarán el deseo.
Se lamentarán por él,
todas las mañanas,
en la misma panadería,
en el mismo barrio.
se me escapan los besos,
las carcajadas.
Sería casi incomprensible
en tu sabia estructura
este hedor de noche,
este calor inmerso en los dedos,
esta lengua ardiente de gritos y gemidos
que refrieguen en las comisuras
de los espasmos vecinales,
ese sacrílego momento de deseo.
Sentirán el deseo.
Absorberán el deseo.
Contemplarán el deseo.
Se lamentarán por él,
todas las mañanas,
en la misma panadería,
en el mismo barrio.
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