Hay que soñar, pero a condición de creer seriamente en nuestro sueño, de examinar con atención la vida real, de confrontar nuestras observaciones con nuestro sueño, de realizar escrupulosamente nuestra fantasía. (LENIN).
viernes, 26 de septiembre de 2008
Pero el amor sin limites me crecera en el alma...
Iré, cuando la tarde cante, azul, en verano,
herido por el trigo, a pisar la pradera;
soñador, sentiré su frescor en mis plantas
y dejaré que el viento me bañe la cabeza.
Sin hablar, sin pensar, iré por los senderos:
pero el amor sin límites me crecerá en el alma.
Me iré lejos, dichoso, como con una chica,
por los campos , tan lejos como el gitano vaga.
jueves, 25 de septiembre de 2008
Había una vez... el sexo
Esos locos bajitos que se incorporan
con los ojos abiertos de par en par,
sin respeto al horario ni a las costumbres
y a los que, por su bien, hay que domesticar.
(Esos locos bajitos - Joan Manul Serrat)
Alguna vez iba a llegar el momento. Inevitable. Alguna vez Tiago y Eleonora iban a mostrarse sexualmente ante la vida. Con cuestionamientos y sin ellos. Una, como mamá, reconoce y acepta que estos pequeñísimos seres descubran su sexo y jueguen con él masturbándose sin pudor. Recuerdo que Tiago a la edad de su hermana estaba enloquecido con un osito que, para volver in disimulable su juego, tenía una suerte de cascabel dentro de la panza. Así que a la noche me sonreía escuchando el “clinqui clinqui” de un oso que merecía embarazarse porque mi hijito no le daba respiro. Eleonora fue mucho más “impúdica” husmeando debajo de su bombacha mientras miraba la película de los Simpsons. Ahí en el medio del comedor, dónde poco le importo mi presencia ni consideró (acertadamente) que podía llegar a ser reprimida. Por todo comentario de mi parte ambos escucharon lo mismo. Ellos eran los únicos que podían jugar con su sexo. Ellos y solo ellos. Nadie, ni siquiera un familiar de lo más directo podía jugar de esa manera con ellos. Su vagina o pene les pertenecían por completo. Y hasta ahí todos tranquilos. Hasta que un día llegó el día. Ayer mientras llegábamos al colegio, caminando solos, Tiago me preguntó que era “hacer el amor”. En los 10 segundos que tarde en contestarle puteé a toda la televisión que usa esos términos a cualquier hora y en cualquier programa (por ejemplo, en “Casi Ángeles”, una novelita para chicos a las 6 de la tarde se andaban matando románticamente arriba de un globo aerostático) y al padre de Tiago que no estaba para explicarle “semejante cosa” a este varoncito. Ay, madre! Suspiré hondísimo. Reflexione un minutito mientras seguía oyendo “Ma, te estoy hablando” y pensé que cualquier explicación solo biológica simplificaría las cosas para mi pero se las confundiría a él. Así que encaré recordando a Serrat con eso de que uno encara la paternidad sin oficio ni vocación y agregando sin experiencia ni de dónde mierda agarrarse. “Tiago, hijito” Lo miré casi como la primera vez que lo vi, recién nacido. Chiquito, indefenso, dependiendo de mi respuesta como aquella vez de mis cuidados, dándome tanta responsabilidad sobre él. En algún momento logré sentirme más liviana y pensar que era muy importante esta charla. Más de lo que él mismo se imaginaba. Hablé. Le recordé lo que había visto en el colegio sobre los mamíferos. De ahí a la reproducción sexual fue fácil. Los órganos sexuales y su función. Me miró absorto.
- ¿Mi pene se va a tener que meter dentro de una vagina, Ma? Pero…es blandito!
- Si, es cierto, pero en ese momento vas a estar muy feliz y todo tu corazón va a mandar mucha sangre hacia tu pene y no va a seguir blandito
- Ah, que sabio es el cuerpo. Pero… cómo saben mi cerebro y mi corazón que estoy preparado para hacer un bebé?
La puta madre que me parió a mí y a toda la humanidad. Y, ya que estamos en el baile…
- Y mis espermatozoides? Cómo saben ellos que estoy listo para hacer el amor pero no para tener un bebé?
- Ellos no pueden saberlo, por eso..
- El cuerpo no es sabio, es una porquería
- No, mi vida, (aguante la risa, cuántas veces uno se habrá dicho lo mismo?) tu cuerpo es sabio. Tanto es así que los hombres inventamos la manera de no tener bebés cuándo no queremos y de poder hacer el amor igual
- Enserio? Cómo?
- En los kioscos y las farmacias se venden preservativos. Son como unos guantes de plástico muy finito pero para el pene. Así, como un guante, debes ponerlo en tu pene cuando este durito y antes de que este dentro de la vagina de tu novia. Después de que salgan todos los espermatozoides tu pene se va a ir aflojando despacito, así que antes de que se afloje del todo, sacas tu pene y le sacas el preservativo. Así ningún espermatozoide se escapa y tu novia y vos no van a tener bebés que aún no quieren
Me miró un minuto antes de sonrojarse. Casi estábamos en la puerta del colegio. Sus compañeritos lo saludaban y lo llamaban.
- Chau, Ma
Salió corriendo sin besarme, pero se paró casi en la puerta de la escuela. Yo me sentía aturdida de tanto pensar para hacer lo mejor que podía, asi que no atiné a llamarlo y reclamarle el saludo. Se volvió despacio y me abrazo.
- Gracias, Ma. El día que tenga novia la voy a proteger mucho
- Seguro que si, mi amor. Seguro que si.
Volvió a correr y se perdió entre los demás chicos. Menos chico, más hombrecito. Y esta mamá se fue despacito a laburar. Un poco más mamá de lo que era, pero con una cosa rara en el pecho, tan rara que hasta tuvo que llorar un poquito para que se le fuera pasando.
viernes, 19 de septiembre de 2008
Fe de erratas
Macho tupperwear, confortable (tudo Ben)
Cargás con la madre de todas las resacas
Cara de tapir, de gordito bon-o-bon
Sos encantador! Muy en cantador!
Tan encantador!
(Te estas quedando sin balas de plata - Indio Solari)
He vivido un gran amor. Pero no ha sido este
Que feo que queda andar hablando mal de la gente. Encima cargo con el estigma de haber acordado con Mayares en que cuando uno habla mal de sus ex parejas en realidad habla mal de uno mismo. Pero, considerando los últimos hechos acontecidos en esta breve historia internauta siento el deber de realizar una fe de erratas con respecto a algún articulito que escribi hace bastante tiempo. Con que necesidad? Se preguntará alguien que lea esto. Con la misma que escribo siempre, no tengo idea cuál es especificamente esa necesidad ni que adjetivo psicológico lleva. Personalmente creo que la literatura es un camino para la reflexión y/o el divertimento. La escritura lisa y llana, como esta, debe de servirme de terapia o algo parecido. Anda a saber.
Cuándo me separé de David lo hice por razones más bien prácticas. El homicidio se paga caro en la justicia y es un agravante el vinculo, asi que como estabamos a punto de matarnos mutuamente (o al menos eso parecia) resolví mudarme del hogar conyugal luego de varios intentos infructuosos de que quien se marchara del mismo fuera el muchacho antes mencionado. Le deje mis pocas cosas y me lleve los puesto, un bolso y mis hijos a Chilavert.
Ahora resulta que una vez mudada y dando rienda suelta al necesario duelo, resolví escribir mucho sobre cuánto estimaba todos los esfuerzos que le vi realizar y el mutuo amor que supimos conseguir.
Mira vos lo que es la vida venir ahora (pisando casi el segundo aniversario de la partida) a enterarme cuánto era mentira de la belleza que crei haber vivido.
Asi que aca va la pequeña fe de erratas sin escatimar despechos:
*Allí donde se haya leido Davinci, léase David a secas.
*Dónde dijera que fue un gran compañero, léase que mientras la que escribe estaba embarazadisima de él este señor se iba de putas (¡Qué feo! No podías cogerte una mina sin andar pagando?) sin ningún consentimiento, cosa que considero despreciable no porque aborrezca la infidelidad sino por el estado embarazoso antes citado que inhibe a cualquier mujer de estar en igualdad de condiciones para ejercer su libertad púbica con quien se le plazca.
*Allí dónde se lea que es un gran padre, aclaremos los tantos explicando que este tipo se tomo el trabajo de ir hasta la Defensoría del Menor dónde hemos firmado un acuerdo por tenencia, visitas y alimentos; a mentirle a la abogada diciendole que él cumple rigurosamente con la mensualidad mientras yo me niego a firmarle los recibos que acrediten el apercibiemiento de la cuota siendo que hace cinco meses que mi novio mantiene a su hija. Citando nuevamente a Mayares: “Quién no es un buen padre no es un buen tipo y para ser un buen padre lo primero que debe importarle es que carajo se le pone en el plato a la criatura todos los días para que coma”
*Dónde dijera que supo administrar Rivotril y demás medicación recetada, léase que en mi peor estado depresivo se comunicó conmigo por teléfono para indicarme en que lugar de las vias del tren podía ir a tirarme entre otros epítetos que mejor dejemosla ahí.
*Allí dónde se supone que este señor es el ser más sensible de la tierra sencillamente convengamos en que una persona enamorada y psquiatrica puede llegar a ver cosas que no existen.
*No vamos a dejar de lado que él mismo tipo que alabe por haber cambiado pañales de un hijo que no era suyo se las cobró depreciandolo más de una vez en mi ausencia una vez que tuvo una hija que si fuera suya.
*Por último, y para no extendernos más de lo necesario, digamos que aunque resultara romántico verlo cocer tortas fritas y pan casero, hubiera sido más práctico que saliera a buscar laburo en vez de andar viviendo durante años de la mensualidad del padre del despreciado o de la poca guita que dejo el finado padre de esta “hija de puta que esta empeñada en cagarle la vida” (David dixit).
Ahora bien, a nadie se le ocurra pensar que fui tan boluda de guardarme todo esto durante años. Excepto de mi estado de cornuda, el resto merecio grandes discuciones (filosóficas y prácticas) durante mucho tiempo. Nunca publicamente, como ahora. Y ahora que lo pienso un poco, alli debe recidir lo terapéutico de este escrito. Si públicamente conté con amor cuánto yo supe quererlo y cuánta belleza crei ver en él, que el blogspacio se entere de cuán pequeño y simple era este pobre tipo que creia esconder a la tristeza detrás de los barcos. Tan pobre que cree que soy capaz de dedicarle una sola letra más.
jueves, 11 de septiembre de 2008
La noche de Eleonora
Eleonora disfruta el momento previo a su profundo sueño. Me esmeré en llenarselo de fantasia, porque los adultos hemos sido niños y como diría Exupery en algunas cosas deberiamos seguir siendolo. Picasso decía que se habia pasado la vida tratando de dibujar como un niño. Ellos tienen la capacidad de dibujar las cosas como las sienten y de expresarse asi en todos los sentidos.
Cuando Eleonora se va a dormir la espera un mundo de sapitos, leones, jirafas y Patito Feo. Todos ellos se suben a la medianera del vecino esperando que ella concilie el sueño para poder irse todos juntos a jugar a la calesita más grande del mundo.
Desde hace unas semanas decidimos hacernos regalos entre nosotras para llevarnos a ese parque de juegos donde, naturalmente, no faltan nunca Papá, Mamá y Tiago. A veces, la tia.
Primero le regale un vestido rosa largo y lleno de brillo, luego una corona, más tarde un avión para que pudiera ver de lejos lo grande que es el parque.
Anoche estaba muy cansada y triste, le pedi que dejaramos los regalos para mañana. Un pucherito casi caprichoso para luego preguntarme: "Ma, yo te puedo regalar cosas también?" "Si, Eleo, pero dormite"
Levanto los dos puñitos cerrados y sonrió
"Ma, adivina en que mano está la luna"