Hay que soñar, pero a condición de creer seriamente en nuestro sueño, de examinar con atención la vida real, de confrontar nuestras observaciones con nuestro sueño, de realizar escrupulosamente nuestra fantasía. (LENIN).
miércoles, 7 de marzo de 2007
Oh Capitán! ¡Mi Capitán!
¡Oh, capitán! ¡Mi capitán! Nuestro espantoso viaje ha terminado,
la nave ha salvado todos los escollos, hemos ganado el anhelado premio,
próximo está el puerto, ya oigo las campanas y el pueblo entero que te aclama,
siguiendo con sus miradas la poderosa nave, la audaz y soberbia nave;
Mas ¡ay! ¡oh corazón! ¡mi corazón!
No ves las rojas gotas que caen lentamente,
allí, en el puente, donde mi capitán
yace extendido, helado y muerto.
¡Oh capitán! ¡Mi capitán! Levántate para escuchar las campanas.
Levántate. Por ti es por lo que izan las banderas. Por ti es por lo que suenan los clarines.
Para ti son estos búcaros y esas coronas adornadas.
Por ti es por lo que en la playa hormiguean las multitudes,
es hacia ti que se alzan los clamores, que se vuelven sus almas y sus rostros ardientes.
¡Ven capitán! ¡Querido padre!
¡Deja pasar mi brazo bajo tu cabeza!
Debe ser sin duda un sueño que yazgas sobre el puente.
Extendido, helado y muerto.
Mi capitán no contesta, sus labios siguen pálidos e inmóviles,
mi padre no siente el calor de mi brazo, no tiene pulso ni voluntad,
la nave, sana y salva, ha arrojado el ancla, su travesía ha concluido.
¡La vencedora nave entra en el puerto, da vuelta de su espantoso viaje!
¡Oh playas, alegraos! ¡Sonad, campanas!
Mientras yo con doloridos pasos
recorro el puente donde mi capitán
yace extendido, helado y muerto.
Walt Whitman
Trad. Álvaro Armando Vasseur
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario