Hay que soñar, pero a condición de creer seriamente en nuestro sueño, de examinar con atención la vida real, de confrontar nuestras observaciones con nuestro sueño, de realizar escrupulosamente nuestra fantasía. (LENIN).
miércoles, 7 de marzo de 2007
Muñeca rusa
Dentro de ella se esconde otra, que es como ella, pero no es;
y en esa otra se oculta otra, que esconde otra a su vez.
Una se ve, la otra se adivina, la otra ya fue, la otra será,
y todas son de mentira y todas son de verdad.
Ella es la que se mira al espejo y la que en el espejo se ve.
Es lo que dice su boca y lo que ocultan sus ojos también.
Son muchas y distintas mujeres viviendo en una mujer no más.
Uno no puede querer a una sin querer a las demás.
Ella es como una Matryoshka.
Ella es como una muñeca rusa...
Ella es como una muñeca...
Ella es como una...
Ella es como...
Ella es...
Ella.
Y aunque nadie sabe quién es ella, ni lo que ellos para ella son,
todos cuentan la feria según como les fue en el frontón.
Que si la oruga o la mariposa, que si la reina del ajedrez,
que si el infierno o el paraíso, que si el agua o si la sed.
Cuántos quisieran verla entregada, como la playa en la bajamar,
con sus secretos a la intemperie y sus arenas por hollar.
A mí me basta con ser para ella la misma cosa que siempre fui:
el viejo osito de felpa que abraza para dormir.
Joan Manuel Serrat
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