Encontrar la palabra
que vaya recortando
la luna,
el aguacero,
tu casita del árbol,
la música
que es pájaro
en el perfume
de tu risa.
Hacerle saber
a los siniestros
cirujanos del verbo
esa luz que sos vos
si encendes todos tus ojos,
si tu lengua contiene
la vida
de todo un universo.
Hacen falta idiomas nuevos,
atemporales,
para construir
colores con adjetivos
dignos de tu beso.
De tu palabra.
Y solo hablo de tu boca.
Imaginate si tuviera
que contar
lo que hacemos
en la cama.
Hay que soñar, pero a condición de creer seriamente en nuestro sueño, de examinar con atención la vida real, de confrontar nuestras observaciones con nuestro sueño, de realizar escrupulosamente nuestra fantasía. (LENIN).
jueves, 17 de abril de 2014
viernes, 4 de abril de 2014
Llueve y no me beses
No es que sean tus ojos
Ni tus manos
Ni la ferocidad de tu beso
O el perfume que nace de tu piel
Junto a la mia.
No es la risa.
No es el recuerdo lento y borracho, dibujandote.
No es el deseo de abrazarte.
De enredarme en tus kilometros de brazos
O quemarme el vientre
Con tu sexo.
No es la palabra
Ni el gemido
Ni el silencio.
Ni ninguna otra cosa que alguna vez.
Alguna vez.
Ni tus manos
Ni la ferocidad de tu beso
O el perfume que nace de tu piel
Junto a la mia.
No es la risa.
No es el recuerdo lento y borracho, dibujandote.
No es el deseo de abrazarte.
De enredarme en tus kilometros de brazos
O quemarme el vientre
Con tu sexo.
No es la palabra
Ni el gemido
Ni el silencio.
Ni ninguna otra cosa que alguna vez.
Alguna vez.
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