Este riñon izquierdo me trae más dolores de cabeza de lo que todos creíamos. En unos 15 días (con suerte y viento a favor) deberían operarlo para que, de una buena vez, pueda dedicarme a lo que más me gusta de un tiempo a esta parte: Vivir.
Mientras tanto, con mucho reposo y poco tabaco, los dejo un ratito más descansar de todas las cosas que ya me van a dar ganas de ir escribiendo. Se llenará este blog de anécdotas hospitalarias, espíritus aledaños a las salas de espera, luces que no anhelamos ver al final de ningún pasillo.
Por si me muero en la víspera no esta mal dejar aclarado algo: Si te tiran las patitas a la noche, si te da repeluz el espejo de tu baño, si te acongoja la tarde o se te cae el pelo te voy aclarando que no he de ser yo.
¿Cómo sabrán ustedes que sigo siendo yo quién escribo? ¿La morena tripa de mosca o el pequeño fantasma de ella misma?
1 comentario:
Nunca eres la misma cuando escribes....y decirte "fuerza" es una obviedad para dos poetas. Solo lamento no creer mas que en mis manos y la de mis pares, porque sino rezaría...abrazo
Publicar un comentario