miércoles, 13 de febrero de 2008

Contigo a la distancia


La distancia entre dos puntos equidistantes es equivalente al infinito aunque se mida en metros, kilómetros o centímetros. Así funcionan las relaciones humanas. Encontrándose y separándose en todo este universo de infinitos puntos, infinitas células, infinitos, aromas, infinitas sensaciones.

Me acuerdo claramente del día del cumpleaños del nene que me gustaba mucho cuando estaba en 2º grado.

Diego Cuchero cumplió 30 años el 17 de noviembre pasado. Jamás me dio pelota. Se burlaba de mí todo el tiempo. Me trataba muy mal porque yo soy profundamente morocha y él era bellísimamente rubio. Un perfecto nene bien de clase media que me hizo llorar de amor por primera vez.

Al mudarme cambié de colegio.

Christian, el más reo, se ganó mi corazón y le di mi primer beso. Más grandota y haciendo pruebas de cómo conquistar a un hombre, dediqué días, meses, años enteros a ayudarlo con las tareas, arreglarle la carpeta, armarle machetes con corazones, inventar travesuras que jamás cumpliría solo para agradarle.

Tarde comprendí que estaba enamorado de la única nena que esgrimía unos incipientes pechos a los 11 años.

Mucho más tarde entendí que nadie me querría por lo que yo fingiera ser sino por lo que soy.

Anda a saber porque mundos andarán Dieguito y Christian.

¿Se acordará Diego de las flores horribles que me esmeraba en dibujar para él? ¿Del pedazo de malvón que arranqué para regalarle? ¿Del beso que le tiré con los ojos llenos de lágrimas el último día que lo vi, antes de mudarme?

¿Christian se acordará de mi cara morada, llena de trompadas por ir a defenderlo; de las pocas monedas que ahorré para mi primer pollera elegida que estrené el día de su cumpleaños, de mi primer carta de amor, del corazón que pegué en el techo encima de su banco, el “Te Amo” que escribí a escondidas detrás de su pupitre?

El infinito que nos separa, mezcla de años y otras yerbas me convence de la veracidad del bolero.

Nunca se puede estar lejos de quienes se han convertido en parte de nuestra alma.

1 comentario:

la Harych dijo...

Mi Amor ! ¡qué hermoso esto que decís! me encantó el recuerdo de tus amores perros! ¡qué manera de enamorarse uno de hombres lejanos! me hiciste acordar a mi primer gran amor ¡qué lejos y que fresco queda todo ¿no? Te mando un beso y un no te olvides que te quiero Loquilla!
Vivi