Hay que soñar, pero a condición de creer seriamente en nuestro sueño, de examinar con atención la vida real, de confrontar nuestras observaciones con nuestro sueño, de realizar escrupulosamente nuestra fantasía. (LENIN).
lunes, 30 de mayo de 2011
Indio podés verme? Indio podés oirme?
Cómo una puede ser tan estúpida de creer que las cosas pueden salir como por un tubo y tenés tanta suerte nena de encontrarte con el Indio Solari en Twitter. Te vas a perfumar la compu si hace falta y lo primero que pensas es en mostrarle lo lindo que escribís, lo maravilloso de tu arte, hurgando un empujoncito de alguien que respetas tanto. Feliz de tu vida y agradecida de tu suerte te preocupa empezar a pensar que tal vez no respetas ya a tanta gente, la gente es extraña, cambia de pareceres y nombres, incluso de color de piel si hace falta. La gente se miente o se compadece de tu sonrisa y ya no estas tan segura de que es bueno lo que podés escribir. De que realmente es bueno. Pero ahora no importa, porque el Indio va a leer tus cuentitos y seguro que le gustan, seguro que mañana me escribe y me propone un proyecto juntos, matrimonio o un café. No importa. Es el Indio nena.
Así me escampaba la mediocridad y la desidia, hasta que (Ay! la historia de mi vida es un "hasta que...") un muchacho te confiesa que tuvo el buen tino de usurparle la identidad al mismo Solari y que no es el Indio.
No es el Indio.
Un montón de renglones más que poco importan. Porque no es el Indio. No es el Indio y de pronto parece increible que en este Cosmos de mierda sea tan fácil estar en el mismo planeta, en el mismo país y en la misma provincia tan al pedo. Tan lejos que es igual que estar en Ucrania o Venus. No es el Indio.
La tarde se nubló, sin lluvia.
La comida se enfriaba y quise escuchar los redondos.
En You Tube solo habia covers.
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